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Cultivos hidropónicos como regalo



Un hecho botánico bastante curioso es que las plantas no precisan del suelo para su crecimiento. En el suelo los vegetales encuentran un soporte para las raíces y las sustancias minerales que necesitan para su crecimiento pero pueden crecer igual si reciben éstas ultimas disueltas en agua. Es decir, que si sujetamos la planta con un pinza, por decir algo, para que se sostenga sobre agua enriquecida con minerales donde puedan chapotear sus raíces, el crecimiento es idéntico. 

Hacer crecer una planta sin necesidad suelo es una gran noticia en según que casos. Si disponemos de un terreno para usos agrícolas que no es precisamente muy fértil, podemos utilizarlo como mero soporte de un sistema de canalizaciones que alimente las raíces de las plantas con un flujo de agua con sales minerales disueltas. 

Más aún, podemos incluso construir pisos y pisos de cultivos de manera que en el área donde antes obteníamos mil kilos ahora podemos cosechar tres o cuatro veces más cantidad. Seguramente diréis que si se optara por un sistema de cultivo por pisos la luz solar no llegaría a la plantas de pisos inferiores. En eso también hay una buena noticia. Es posible proporcionar luz y garantizar la fotosíntesis por medio de luces LED, así que en realidad poco importa que el Sol no alcance las plantaciones, porque podemos suplantarlo.

Si ya no necesitamos luz solar ni tampoco suelo fértil la ubicación de los cultivos empieza a ser indiferente. Podemos cultivar en el interior de una mina, en una habitación de casa o en el garaje, en cualquier lado en realidad, siempre y cuando dispongamos de electricidad con la que alimentar la bomba que hace circular el agua por las canalizaciones y los focos LED. A partir de ahí, necesitamos agua y los minerales básicos que necesitarán los cultivos.  


A esto, que se conoce desde hace mucho tiempo, se le llama cultivo hidropónico. Tiene múltiples utilidades. Ya hemos visto que sirve para dar uso a terrenos poco fértiles pero también para obtener cosechas fuera de temporada. Creando un microclima particular, aislando a las plantas de la "realidad" estacional, podemos hacer que crean que el invierno es verano y por tanto den frutos cuando en teoría no les tocaba. De igual manera, regulando cuándo encendemos y apagamos los focos LED, podemos hacerles creer que la noche es día y viceversa, lo cual a veces tiene importancia por temas de floración.  No menos importante, consiguiendo que los cultivos se aclimaten a cualquier entorno, podemos encerrarlos en entornos aislados - como por ejemplo contenedores de mercancías reacondicionados - de manera que no necesitemos utilizar fungicidas ni insecticidas.

Una gran ventaja comercial de los cultivos hidropónicos es que se puede regular muy bien el aporte de nutrientes que llega a cada tipo de planta para que esta rinda al máximo. Se puede considerar que las sales minerales que se disuelven son fertilizantes, pero se pueden ajustar tan al microgramo que no vamos a poner ni un pellizco más de lo necesario.

De esta manera ya hay plantas y frutos cuyo futuro más prometedor pasa por la hidroponía. Estamos hablando de fresas, tomates cherry, lechugas, plantas aromáticas, pepinos etc que puede que en un futuro se cultiven no en el campo como crees, si no es una nave cercana a tu casa o incluso en la azotea de tu mismo edificio. 

Otras especies de plantas se resisten, pero en cuanto haya un atisbo de que el rendimiento económico es suficiente, serán también cultivadas de la misma manera. Porque, evidentemente, montar un sistema hidropónico es más caro que plantar las semillas en la tierra y esperar a que germinen.

¿Cómo funciona un sistema de hidroponía?

Hay varios tipos de sistemas hidropónicos. Los hay que mantienen las raíces de las plantas al aire llegándoles los nutrientes por nebulización, otros que usan parcialmente la tierra y los más habituales que son los que voy a describir a continuación que se basan en un riego intermitente con una construcción en cascada, lo que se viene a denominar NFT. 

Diagrama extraído de Leroy Merlin

La imagen superior es muy descriptiva de cómo funciona. Se disponen plantas o semillas en pequeñas macetas que contienen un sustrato neutro - puede ser fibra de coco, perlita etc - y que están perforadas para facilitar el flujo de agua. Dichas macetas se incrustan en una canalización - generalmente PVC - por donde fluye el agua mezclada con los nutrientes. La humedad y los minerales llegan a la planta a través de las raíces produciéndose el crecimiento deseado. En la parte inferior del sistema existe un depósito de agua que es el lugar donde se mezclan los nutrientes y también el punto de partida y de salida del agua. Para que el agua fluya se dispone de una bomba sumergible - parecida, si no igual, a la que encontramos en los acuarios domésticos - que hace ascender el agua hacia la canalización. Dicha bomba se alimenta con corriente eléctrica. A su vez al depósito llega el retorno del agua sobrante que no ha sido absorbida por las plantas. Evidentemente es un sistema de circulación de agua con pérdidas. Parte del agua va a ser tomada por las plantas, así que de tanto en tanto se tendrá que ir compensando el nivel de agua. Es difícil calcular cuánta agua se necesita, pero para una planta de tipo medio y con el esquema visto anteriormente sería necesario un depósito de al menos 30 litros. Naturalmente también se deben ir reponiendo los nutrientes según la dosificación que indique el fabricante.


Es posible mantener el motor de la bomba sumergible funcionando todo el rato pero eso supone un gasto de energía innecesario, por lo que habitualmente se le hace funcionar unos 5 minutos cada hora. 

¿Por qué mantenemos una circulación de agua y no hacemos que las plantas simplemente hundan las raíces en agua quieta? La primer razón es que con el agua en movimiento se consigue una distribución uniforme de los nutrientes, algo imposible de conseguir con agua estancada. Por otro lado el movimiento aumenta la oxigenación e impide, hasta ciertos límites, la proliferación de algas o de otro tipo de microorganismos perjudiciales para las plantas.

El esquema del diagrama es muy fácil construirlo con materiales comunes en la pared de una terraza o balcón para uso doméstico y es uno de los preferidos también por los cultivos industriales realizados en invernaderos. No está nada mal salir al balcón y recoger una lechuga de tu sistema hidropónico para hacerte una buena ensalada, por ejemplo.


Si esto lo queremos llevar a un lugar cerrado sin aire ni luz natural se complica un poco. En primer lugar sin luz solar no hay fotosíntesis ni crecimiento. Como hemos visto al principio, la luz solar puede ser sustituida por luces LED. Los focos destinados al crecimiento de plantas en cultivos hidropónicos se componen de LEDs de color blanco, azul y rojo. Los de color blanco son más abundantes y representan la mayor cantidad del espectro solar mientras que los leds de color rojo serían cercanos a la luz infrarroja - parte de cuya radiación poseen - y los azules los ultravioletas. Se han realizado comprobaciones científicas que corroboran que algunas plantas crecen incluso mejor con luz LED artificial que con la solar.

El aire también es un factor importante para el crecimiento de la planta por lo que los sistemas cerrados suelen disponer de sistemas de ventilación que renueven el aire constantemente. Como el aire puede ser portador de esporas y microorganismos no deseados se suele filtrar antes de entregarlo en el área de cultivo.

La hidroponía como hobby

Vale, no tienes ni jardín, ni terraza ni balcón. Ni siquiera te planteas convertirte en agricultor, aunque sea aficionado. No importa. Puedes tener la hidroponía como hobby y la verdad, no hay nada más agradable que ver cómo crecen la plantas que has estado cuidando desde que no eran más que indefensas semillas.

Existen a la venta kits que permiten tener un número de variable de plantas (los hay de 4, 8, incluso más en maceteros escalonados) y que cuentan con todo lo descrito hasta ahora (circulación de agua, luces LED etc) para poder tener tu propio cultivo en el interior de tu hogar.

El sistema más básico se compone de una maceta alargada, donde caben unas cuantas "submacetas" que contienen, en un sustrato inerte, semillas o plantas incipientes. La maceta grande en realidad es un depósito de agua que con una bomba la hace circular a través de las raíces de las plantas. La bomba se puede programar - en algunos de estos maceteros la programación es fija - durante unos minutos cada cierto tiempo y que además, a pesar de que son muy silenciosas, se puede programar una desconexión para que, si se encuentra en el dormitorio, no nos moleste durante la noche. Con la luz LED ocurre lo mismo, se desconecta durante la noche, en este caso para imitar el ciclo solar. Algunos kit incluyen un pequeño ventilador para airear las plantas.

No debemos regar las plantas, lógicamente, aunque deberemos vigilar que el nivel de agua no baje de uno marcado en una escala - generalmente visible a través de una pequeña "ventana" transparente - y que vayamos dosificando los nutrientes según las indicaciones del fabricante (es decir, echar agua cuando se necesite y unas gotitas de sales minerales de vez en cuando).

Si el lugar donde colocamos el macetero hidropónico es una habitación que recibe luz solar, entonces ni siquiera es necesario encender la luz led.

En el mercado hay muchos modelos de kits de hidroponía, la mayoría de los cuales parten de un precio de unos 40 euros hacia adelante.  El modelo IDOO por ejemplo, uno de los más alabados por los compradores, tiene un precio de 89 euros (disponible aquí)


La verdad es que la hidroponía, cuando puedes cultivar plantas o incluso frutos, es muy satisfactoria  de manera que últimamente se ha erigido como un regalo muy simpático y curioso para niños y adultos. 





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