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Invisalign, la ortodoncia invisible


Quien más quien menos ha necesitado ir al dentista alguna vez en su vida porque no tenía otra manera de aliviar el dolor de muelas debido a una caries ni forma menos dolorosa - y costosa - de reemplazar las piezas caídas. Tampoco es un secreto que la inmensa mayoría de los habitantes del mal llamado Primer Mundo necesitan de una ortodoncia que alinee sus dientes. El por qué nuestros dientes se alinean mal, se apiñan o caen para mostrar demasiada cantidad de encía cuando sonreímos, es un tema complejo. Las tribus más primitivas no suelen tener ese problema. Poseen todos los dientes - incluso las muelas del juicio - perfectamente operativas, una buena alineación, ausencia de caries y encaje impecable entre las piezas dentales superiores y las inferiores. La misma paradoja es la que encontramos en los esqueletos de nuestros directos antepasados : cuando vivíamos en cuevas y éramos cazadores-recolectores, nuestra dentadura era perfecta. Entonces, ¿qué ha pasado? En realidad el problema no reside en los dientes, sino en el tamaño de las mandíbulas. 

En nuestra niñez los dientes de leche caen para ser reemplazados por los definitivos. Si éstas piezas se caen o fracturan por un accidente o enfermedad no vuelven a salir. Son huesos - en efecto, un diente es un tipo de hueso - bastante inamovibles. El tamaño de los dientes y su disposición varía muy poco pero sí que lo hacen las mandíbulas que estan programadas genéticamente para poder crecer para albergar todos los dientes sin problemas...siempre y cuando los utilicemos. La expresión popular que reza "que los dientes no me caben en la boca" es de una certeza absoluta.

Las mandíbulas son huesos que crecen de forma natural pero lo hacen al máximo de su potencial solo si reciben una continua estimulación, sobretodo a temprana edad. Y por estimulación nos referimos a la masticación. En eso ya empezamos mal. Damos a nuestros hijos papillas y purés. Cortamos los alimentos en pedazos diminutos y en general procuramos que consuman la comida tan blanda como sea posible. Algo así no ocurre entre las tribus o con nuestros antepasados. Una vez el niño era destetado debía acostumbrarse a comer semillas y legumbres duras y eso hacía que la mandíbula creciera a la par que los dientes. No es un problema que se circunscriba a las mandíbulas. Lo mismo ocurre con otros huesos de nuestro cuerpo. Los atletas, jugadores de baloncesto o futbolistas crecen al límite de sus posibilidades genéticas porque fuerzan los huesos al hacer ejercicio. Las mandíbulas podrían ser lo mismo si no fuera porque no las trabajamos. Si siempre has sido una persona sedentaria que ingiere comida triturada a menudo lo más probable es que no alcances la estatura que tus genes te marcaban y que además tengas problemas de dentadura. Es falta de ejercicio, nada más.

Sea lo que sea, los problemas de dentición relacionados con el alineamiento de las piezas comienza a temprana edad y en caso de no poner remedio se prolongarán a lo largo de la vida del individuo empeorando con otras enfermedades que se irán añadiendo debido al desgaste o la mala higiene. De esta manera, cuando el niño comienza la adolescencia e incluso antes, necesitará una ortodoncia para que el problema de la colocación de las piezas dentales no vaya a más. Los dientes han salido pero la mandíbula, poco trabajada, no tiene el tamaño necesario para acogerlos. 

Existen varias posibles soluciones. La más habitual es la colocación de los llamados brackets. Se trata de piezas metálicas fijas e inamovibles que van corrigiendo la posición de los dientes hasta conseguir su perfecta alineación. Aunque en la actualidad carecen de la aparatosidad de otras épocas, siguen siendo perfectamente visibles y antiestéticos, a la vez que provocan problemas debidos a las llagas por rozadura o a la pronunciación de algunas letras. El coste de una alineación usando brackets es de aproximadamente 3000 euros.

Brackets : de qué se rie?

¿Y qué ocurre con los adultos? A menudo el coste sobrevenido de una mala dentición es una carga inasumible para algunas economías familiares. Esto hace que se fíe a la Providencia que sea ella quien alinee correctamente las piezas dentales y en caso que de que tal milagro no ocurra el individuo se quedará con su boca defectuosa o bien deberá esperar a que gracias a su propia economía sea capaz de arreglar el desperfecto. En estos casos de ortodoncia en adultos la cosa no es tan fácil como cuando eres un niño. Los brackets parecen más aparatosos en la boca de un adulto que de un niño y los condicionamientos estéticos o de pronunciación se hacían insalvables. Por no decir que a menudo se toma la ortodoncia adulta como una frivolidad embellecedora anacrónica, sin tener en cuenta que el individuo que ha tomado la decisión de hacérsela lleva toda una vida sonriendo a medias y procurando, rezando y deseando que sus interlocutores no bajen la vista hasta su boca.

Por fortuna a principios de este siglo un norteamericano que no tenía ninguna vinculación con la ortodoncia - de hecho era un inversor bursátil - tuvo la feliz idea de plantearse los problemas relacionados con la ortodoncia clásica y uno de ellos, la estética, se revelaba como determinante. Si los brackets fueran invisibles, mucha más gente  se atrevería con ellos, principalmente adultos. Se le podía echar en cara que si también fuera más barato el éxito hubiera sido más rotundo, pero viniendo la invención de un inversor tal propuesta parecía complicada.

La ortodoncia invisible a menudo es llamada Invisalign, un caso obvio en que un nombre comercial se menciona como un todo. Invisalign es el nombre comercial con que la empresa Align Technology de California lanzó el primer producto de ortodoncia invisible. Pero no es el único producto existente. Orthoclear, ClearCorrect y otros muchos nombres comerciales - hasta superar la veintena - ofrecen sistemas similares : moldes transparentes, fabricados en exclusiva para el usuario, que usando los mismos principios de la ortodoncia clásica - presionar al diente para que ocupe su lugar "correcto" - consiguen alinear las piezas dentales sin los problemas habituales de los brackets.

Los invisalign a primera vista parecen moldes invertidos de nuestros dientes. Se realizan a partir del molde obtenido por el dentista de nuestra dentadura que una vez convertido en un prototipo 3D sirven para confeccionar unas piezas plásticas transparentes que encajarán a la perfección en la hilera de dientes. Con una salvedad. Las piezas se cambian cada 15 días y cada nuevo par de ellas contienen una corrección destinada a mover los dientes hacia la posición correcta. La corrección no es aparentemente demasiado grande - de promedio 0.3 mm - pero suficiente como para que al menos al principio notemos una cierta presión que en pocas horas o días desaparecerá, no porque el plástico haya cedido, si no porque el diente ha preferido ocupar la posición asignada. Como es obvio la corrección no puede ser mayor de la indicada porque de otro modo la presión al instalar los nuevos moldes sería insoportable para el usuario y la corrección tampoco sería efectiva.

El invisalign no provoca defectos en el habla. Tampoco es visible a menos que te fijes muy bien en la boca del individuo. Estéticamente es impecable. Y también en su funcionamiento. En realidad provoca mínimas molestias y además tiene dos efectos secundarios, uno muy interesante y otro adicional que algunos encuentran más interesante que el primero. Debido a la intensa higiene que se debe seguir - cepillados de boca antes y después de comer, limpieza meticulosa de los plásticos - es difícil que el individuo padezca problemas dentales - principalmente caries, pero también sarro o acumulación de placa  - que sí se dan con la ortodoncia clásica. Y ahí va otro efecto que fascina a muchos : dado el laborioso proceso de higiene que se debe seguir después de cada comida los individuos dejan de picar comida entre horas, favoreciendo la pérdida de peso. De hecho con invisalign adelgazas, aunque de una manera saludable. Todo sea por no tener que ir quitándote y limpiado la boca y los moldes cada vez que ingieres comida, por pequeña porción que sea.

Es muy importante que el usuario de invisalign siga las visitas al dentista de manera regular, generalmente cada 15 días aunque al principio pueden ser más habituales mientras se hace el estudio preliminar. Cada 15 días se le entregan los moldes nuevos e indicaciones sobre el momento en que deben cambiarse, siempre antes de irse a dormir. De esta manera la presión que podamos sentir se mitigará durante el sueño y además nos aseguramos que no será necesario quitarlos durante al menos 8 horas. O hasta que tengamos que desayunar.

Efectivamente se debe dormir con los invisalign puestos. Al principio puede ser algo molesto pero luego te acostumbras. En realidad se deben llevar puestos un mínimo de 22 horas, así que solo se deben retirar lo justo para las comidas del día. 

Por supuesto no todo es perfecto con la ortodoncia invisible. También puede provocar llagas tanto en la lengua como en las encías. El encaje del molde no puede ser 100% perfecto y alguna arista puede rozar la lengua o la encía el tiempo suficiente para provocar una llaga. Para evitar esto se suele recomendar reducir en la zona problemática el tamaño del molde usando una lima de uñas. Otro problema se da, sobretodo con niños, con la posibilidad de quitarse el molde sin que tenga que intervenir el dentista. Es relativamente sencillo hacerlo, aunque al principio puede costar por la presión que ejerce. Cuando está próximo el cambio a un nuevo molde, mover el antiguo es fácil de hacer incluso usando únicamente la lengua. Si eso se convierte en una costumbre en el niño el efecto del molde se diluirá y el tratamiento deberá durar más de lo esperado. En personas adultas "jugar" con la ortodoncia no debería ser un problema, pero aún así hay más de un inconsciente que toma malos hábitos al respecto. Por otro lado los moldes se confeccionan el laboratorios de los Estados Unidos por lo que el gasto que representa el transporte de los mismos repercute en el paciente. Mientras que una ortodoncia clásica puede costar de media 3000 euros, en el caso del Invisalign alcanza los 4000 euros. Afortunadamente, tanto en un caso como en el otro, existen financiaciones que permiten el pago de cuotas mensuales.

Seguro que si habéis preguntado a varios dentistas por el método invisalign unos han dicho que está bien, otros que no funciona y algunos que no sirve para todo tipo de imperfecciones. Las reticencias sobre el método existen desde que fue creado y se gestaron precisamente porque el inventor no era dentista ni tenía relación con el mundo de la ortodoncia. Cuando se comprobó que era efectivo se le achacó que no podía corregir todos los problemas dentales, destacando el apiñamiento grave de los dientes, principalmente. Para corregir problemas graves usando el método invisalign se emplean attachments - pequeñas piezas que se adhieren a los dientes y que son del mismo color que éste - que ejercen una presión adicional para corregir el posicionamiento aún en casos aparentemente graves. De forma adicional el dentista extraerá piezas, las limará o realizará limpiezas de la forma habitual para ir ajustando la dentadura, todo ello usando métodos convencionales y siempre que sea necesario. De estos métodos adicionales tampoco se libra la ortodoncia clásica pero desde nuestro punto de vista, lo que se puede conseguir con ella es igual a lo que se puede conseguir con invisalign. Si habéis encontrado a un dentista que aplica el método seguro que os ha enseñado un montón de fotografías con el antes y después, varias de ellas realmente impresionantes. No es publicidad engañosa, son plenamente posibles.

Algo que tampoco agrada a los profesionales es la dependencia de laboratorios extranjeros - suponiendo que no seas ni estadounidense ni alemán - para realizar los moldes. Ello supone que deben abonar unos costes que con los mecánicos locales no eran necesarios hasta mucho después de recibir las ortodoncias clásicas. 

Por término general un tratamiento por invisalign dura unos 13 meses, si bien no es raro que pueda prolongarse según la situación de cada boca hasta 24 meses.

Veamos a continuación, a modo de preguntas y respuestas las dudas que solemos tener ante este tratamiento.



¿Cuánto cuesta?

Por término medio 4000 euros, aunque debe tenerse en cuenta si se han de extraer piezas o hacer algún arreglo adicional en la dentadura. 

¿Puede aplicarse en niños? ¿Y en adultos, hasta qué edad?

Aunque algunos afirman que no es recomendable su uso con niños debido a la condición de extraibles por el mismo usuario de los moldes, lo cierto es que los mejores resultados se obtienen en ellos y en los adolescentes, ya que no suelen existir patologías adicionales que devienen en el transcurso de los años por falta de higiene u otras causas. Para evitar que los niños se quiten los moldes conviene concienciarlos y como el estado de su boca suele ser un asunto estético principal para los mismos, suelen entender rápidamente que es la mejor opción dada la invisibilidad del molde. No hay límite para aplicar el método en adultos. En cualquier caso siempre se hace un estudio previo de la boca del paciente y se aplican las soluciones previas adecuadas antes de la implantación del invisalign.

Cuando nos hacemos adultos desarrollamos vergüenza sobre cosas estúpidas que no deberían avergonzarnos.  Una de ellas es implantarnos brackets. Con invisalign nadie se dará cuenta que estamos arreglando nuestra boca.

¿Es realmente invisible?

Es casi imposible verlo. No afecta al habla y no se mueve. No se ven siquiera los attachments que se implantan. 

¿Cuánto tiempo se deben llevar?

Al día 22 horas y el total del tratamiento dependerá de varios factores pero la media es de 13 meses.

¿Puedo beber y comer con ellos?

Comer es imposible ya que molestan al cubrir los dientes por completo. No se puede masticar. Beber tampoco es recomendable. En todo caso agua y a ser posible con una cañita.

¿Cómo se hace la higiene del sistema?

Cuando adquieres un sistema invisalign te entregan una cajita donde debes guardar los moldes mientras comes. A la vez te dan un sistema de limpieza de los mismos, que puede ser tanto con pastillas como las empleadas para limpiar las dentaduras postizas como con un cepillo de dientes. Antes de comer retiras los moldes y tras la comidas te debes cepillar los dientes a conciencia, así como los moldes. Como hemos dicho, como con este sistema, no tendrás jamás la boca en tan perfecto estado de higiene. Te debes acostumbrar a ir con el equipo de limpìeza donde vayas, sea el trabajo, a cenar por la noche. A todas partes.

¿Cada cuanto se cambian las fundas?

Generalmente cada 15 días. Se va al dentista que te entrega las nuevas y te indica cuándo te las has de cambiar (después de cenar y antes de dormir). El dentista puede o no hacer una revisión - generalmente la hace - y el cambio lo haces tu mismo. Si debes estar fuera por viaje o bien el dentista cierra por vacaciones durante un mes, te entregará tantos juegos como cambios necesites durante el periodo de tiempo indicado. También es recomendable guardar la funda inmediatamente anterior por si pierdes la actual por cualquier razón (la más habitual es olvidarla en algún aseo o bien perder la cajita contenedora). Siempre es mejor volverse a poner la funda anterior que estar quince días sin funda de ningún tipo. 

¿El efecto es permanente?

Al acabar el tratamiento te recomiendan que al menos duermas con una funda. Nuestra boca cambia de forma continua y es probable que lo haga aún más cuando salgan las muelas del juicio - si es que salen alguna vez - o crezca nuestra mandíbulo. No obstante es un tratamiento permanente y basta con hacer revisiones para evitar problemas. El hecho de que sea un tratamiento no invasivo y fácil de aplicar otorga es plus de mantenimiento, cosa que no ocurre con la ortodoncia clásica que una vez retirados los brackets ya nada más se puede hacer.


Nuestro parecer, después de probar la ortodoncia invisible, es que en un futuro, cuando existan laboratorios locales que entreguen los moldes y los precios se abaraten, será la única ortodoncia que existirá.

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