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Cómo actuar ante un incendio doméstico (parte 1ª)

Los incendios son una de las emergencias más graves a la que nos podemos enfrentar puesto que representan un importante riesgo vital. Todas las emergencias pueden desencadenar una muerte, por eso se denominan de riesgo vital, pero el fuego lo hace con una eficacia sorprendente.

A medida que vayamos entrando en el invierno irán apareciendo más noticias sobre incendios en residencias familiares, debido sobretodo a la mala utilización de estufas que se unirán además al enorme incremento de baterías y cargadores correspondientes a teléfonos móviles, patinetes eléctricos y otros dispositivos que ya sobrecargan peligrosamente nuestros enchufes.

Primero hablaremos de lo que debemos hacer cuando el fuego se ha declarado para luego detallar cómo podemos prevenir y mejorar el comportamiento de la vivienda, local o lugar de trabajo ante esta seria amenaza.

La aplicación de lo que vamos a explicar dependerá de varios factores: si vivimos en una casa individual o en un edificio de apartamentos, si el origen del fuego es interno o externo, si se poseen medios de extinción etc.

Es  muy importante que detectemos  el fuego rápidamente. En el hogar tenemos como máximo 3 minutos para hacerlo. Pasado ese tiempo va a ser muy difícil que seamos capaces de extinguirlo por nuestros propios medios.  Por eso es importantísimo que dispongamos de detectores de humo que nos avisen de inmediato de la presencia del mismo por medio de una alarma acústica. Cada hogar debería contar con al menos 3 detectores básicos : de humo, de gas (según el tipo de gas que emplee, ya sea propano, butano, natural etc) y de CO (monóxido de carbono). Que la legislación no obligue a ello es cuando menos sorprendente.

Poca broma. Si alguna vez habéis visto un video sobre propagación del fuego es literalmente como si nuestro hogar hubiera sido rociado con gasolina. Y tal panorama de devastación ocurre en cuestión de minutos.

La mayoría de los incendios en la casa se generan en la cocina y gran parte de ellos, cogidos a tiempo, no pasan de ser un mero susto.

Una sartén con aceite al fuego que prende podemos sofocarla cubriéndola con una tapadera, mucho más eficaz que llevándola bajo el agua del grifo lo cual podría dar lugar a salpicaduras hirvientes.

Ningún fuego puede progresar sin oxígeno, así que al cubrir la sartén se extinguirá en cuanto se agote el poco que tiene disponible bajo la tapadera. Hay que reaccionar con firmeza pese a que las llamas nos asusten.

Si hemos dejado el fuego descuidado y ha prendido seguramente nos daremos cuenta por el olor, el humo o el resplandor de las llamas. Si todavía no es demasiado tarde podremos sofocarlo empleando un extintor o una manta ignífuga que funciona más o menos como una tapadera esto es, asfixiando las llamas. En el caso de que el fuego se haya empezado a extender por el mobiliario de la cocina, la mayor parte de madera, podremos apagar el mismo con el clásico método del cubo de agua. 

No solo la cocina es lugar habitual para que se inicie un incendio. Algunos electrodomésticos pueden sufrir un cortocircuito y arder. También puede haber una sobrecarga en una regleta de enchufes o una batería de móvil o de un patinete eléctrico la cual puede arder si se encuentra en mal estado. Así mismo puede saltar una brasa de la chimenea o una estufa demasiado cerca de las cortinas puede prender las mismas. Incluso un cigarrillo mal apagado que cae de nuestras manos al quedarnos dormidos en el sofá o la cama son causa habitual de incendios.

De toda esta interminable lista se deduce que esta emergencia puede aparecer en cualquier zona de la casa. Como el tiempo que tenemos para extinguirlo antes de que sea demasiado tarde es muy poco, es más que recomendable equipar la casa como mínimo con detectores de humo. Cuanto antes nos avisen de que se ha iniciado un incendio, antes podremos intentar sofocarlo o ponernos a salvo.

Si no podemos o no tenemos medios para extinguir un fuego que ya es demasiado imponente, solo cabe hacer tres cosas sin dilación: avisar a los servicios de emergencia y sin esperar a que lleguen evacuar el lugar de inmediato o confinarse. Si la situación así lo requiere, nos pondremos a salvo incluso antes de llamar a emergencias.

Si el humo invade la casa por un fuego causada en la misma, aunque no veamos las llamas,  y se produce en tal cantidad que tenemos problemas de visibilidad hay que olvidarse de intentar apagar el fuego porque es probable que caigamos intoxicados antes de encontrar el foco. Reuniremos de inmediato a la familia y mascotas para emprender la evacuación.

En caso de que no tengamos bloqueada la salida al exterior, saldremos cuanto antes de casa, bien hacia la calle bien hacia un lugar seguro. El humo es un asesino más eficaz que las llamas, así que solo emprenderemos la huida hacia la salida si el camino está libre del mismo. En cualquier caso es recomendable, por si el humo invadiera de repente la escalera mientras la bajamos, hacernos con telas con las que cubrirnos el rostro – se puede emplear la propia ropa que llevamos – e incluso una linterna para no avanzar a tientas.

No uses el ascensor para alcanzar la calle. Puede producirse un apagón eléctrico y quedarte atrapado. Avisa a los vecinos para que ellos también se puedan poner a salvo, aunque sea a gritos. El grito de “¡Fuego!” es probablemente el que nos hace reaccionar más rápido.

No recojas nada de la casa, solo las llaves y el teléfono móvil, siempre que lo hagas con seguridad. Cierra todas las puertas del interior de la casa así como las ventanas. Eso resta oxígeno al incendio y las puertas, aunque sean de madera, actúan además como cortafuegos, retrasando varios minutos la propagación del fuego.

Al abandonar la casa cierra la puerta principal y si es posible coloca ropa o el felpudo en la rendija inferior para evitar que salga el humo. Si vives en un apartamento de la parte inferior del edificio y se permite que el humo salga hacia el exterior por no hacer este sencillo gesto, los vecinos de las plantas superiores tendrán más problemas para efectuar la evacuación.

En cuanto lleguen los bomberos informa en detalle de lo sucedido y entrega las llaves. Aunque en las películas se les acostumbra a ver usando hachas para abrirse paso, la realidad es que hacerlo con una puerta blindada es muy complicado. Además, mientras fuerzan la cerradura pierden un tiempo muy valioso. Si el fuego parece descontrolado hazles saber si hay gente anciana o impedida en alguno de los apartamentos del edificio para que los pongan a salvo lo antes posible. Seguro que el grupo de rescate te hace muchas preguntas acerca de si tienes bombonas de butano almacenadas en casa, por la distribución de la casa, dónde se ha originado el fuego etc.

En caso de presencia de humo en la vía de salida puedes optar por confinarte en una habitación o intentar huir si todavía no es muy denso. Para evitar inhalarlo lo mejor es reptar por el suelo, avanzando a cuatro patas, ya que el humo  tiende a ascender. Recuerda cubrirte la nariz y boca con un paño o tela que algo te protegerá.

Si salta alguna ascua y te prende la ropa lo mejor es rodar sobre uno mismo o que alguien te ayude tapándote con una manta que ahogue las llamas al impedir la entrada del oxígeno.

En cambio si la vía de salida está bloqueada por las llamas o el humo es muy denso no debes intentar salir de ninguna manera hacia la escalera (en el caso de que vivas en un edificio de apartamentos).  Por establecer un símil una escalera comunitaria es como una chimenea, así que el humo ascenderá por ella, y si además hay llamas éstas progresarán de la misma manera si les resulta posible.

Si vuestro apartamento se encuentra en la planta segunda, por ejemplo, desde ese lugar hasta la calle es relativamente seguro salir. Pero es posible que de la segunda planta hasta arriba del edificio, el humo lo imposibilite. Hay que recordar siempre que el humo, además de ser tóxico, llena los pulmones e impide la oxigenación de los mismos, por lo que mueres asfixiado. En un incendio muchas de las víctimas no vieron jamás ni una llama, muriendo la mayoría por el humo inhalado.

En caso de que la vía de salida no se pueda emplear hay que permanecer en el interior de la vivienda. El mejor refugio es aquel más alejado del foco del fuego y a ser posible en un lugar con abertura al exterior donde puedan llegar los bomberos a rescatarte.

Se ha de cerrar la puerta y colocar ropa, toallas, colchas en las rendijas de la misma, a ser posibles empapadas de agua.

Si no has podido avisar a emergencias, hazte ver. Abre la ventana o sal al balcón y grita haciendo ostensibles movimientos con los brazos. Alguien te verá y avisará a emergencias.

No intentes descolgarte usando sábanas atadas entre sí o cuerdas a menos de que seas un acróbata consumado. Es muy peligroso y aunque el fuego se oiga rugir al otro lado de la puerta tardará bastante en poder entrar en la estancia. Confía en los servicios de emergencia y en tu propia capacidad para hacerle frente. El ruido que escuchas, a veces ensordecedor, corresponde al crepitar de las llamas y al estallido de determinados objetos – cristales sobretodo – que no han resistido el calor. Estos cristales que se rompen permiten la entrada de aire, con lo que se avivarán las llamas, pero mientras permanezcas en un lugar seguro no deben temer nada  a corto plazo.

Cuando los bomberos lleguen al edificio te verán y sacarán de allí con una escalera mecanizada, seguramente colocándote una máscara de oxígeno de las que se emplean en rescate y que cubren prácticamente toda la cara.


En el caso de un piso interior que no de a la calle,  deberás esperar a que los bomberos lo extingan y entren donde te resguardas o bien te alcancen desde algún edificio o patio cercano.  

Si el fuego no se ha iniciado en tu casa debes tratar de averiguar cuál es el origen. Si ves humo en la parte superior de la escalera pero está despejado desde tu rellano hacia abajo puedes huir con relativa seguridad. Procede como si el fuego fuera en tu casa. Cierra todas las puertas y ventanas, recoge las llaves y reúne a la familia para descender.  No uses el ascensor, solo las escaleras. Si en tu casa vive alguna persona impedida trata de improvisar alguna camilla o método similar para bajarla por las escaleras.

En caso de que el humo llene la escalera debes confinarte en alguna habitación, cubriendo la rendija inferior de la puerta de acceso al rellano con toallas húmedas. Busca una estancia con salida exterior y cierra todas las puertas detrás de ti. Llama a emergencias o hazte ver en la ventana para ser rescatado lo antes posible.

En caso de incendio grave, aunque tu vivienda no parezca afectada, seguramente de igual forma te la hagan desalojar para comprobar si el fuego ha causado daños en la estructura. Si no los hay, en unas pocos días podrás regresar.

En otro post os explicará los dispositivos y otras medidas que previenen los incendios.

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