Cómo evitar el vaho en el vehículo
El vaho que se forma en las superficies acristaladas del vehículo puede ser muy peligroso por la limitación de visibilidad que supone. El mismo se debe a la condensación del vapor de agua al entrar en contacto con superficies frías. ¿De dónde procede el vapor de agua? Del aire contenido en el habitáculo pero sobretodo de nuestra propia respiración ya que aparte de dióxido de carbono exhalamos vapor de agua a unos 36 grados.
Se produce en cualquier parte del interior del coche pero es en el parabrisas, ventanillas de conductor y copiloto, así como en la luneta trasera donde deben ser eliminadas para una conducción segura.
Además ocurre durante la conducción, así que las soluciones deben ser sencillas y que no distraigan nuestra atención. Cualquier movimiento brusco aunque sea para despejar el parabrisas con la palma de la mano y podemos sufrir un accidente.
En principio si estamos en marcha solo hay dos cosas a hacer: o enfriar el interior del habitáculo o calentar los vidrios.
La luneta o cristal trasero es fácil ya que incorpora un calentador que se puede accionar desde el tablero de mandos. Esto evita que el vapor de agua se condense porque el vidrio ha dejado de estar frío.
Debemos también eliminar el vaho de las ventanillas ya que impiden que podamos ver con claridad los espejos retrovisores. Para ello o bien apuntamos las toberas de la calefacción hacia las mismas con la máxima potencia del ventilador o bien procedemos a enfriar el habitáculo abriendo las ventanillas o conectando el aire acondicionado.
Aplicar calor es muy desagradable porque aunque hace frío en el exterior un exceso de temperatura en la cabina es molesta para el conductor y el pasaje, aparte de que el ventilador a máxima potencia emite un ruido muy molesto.
Abrir las ventanillas o el aire acondicionado mete el frío del exterior dentro del vehículo, por lo que la experiencia en el habitáculo es mala.
De esta manera la mayoría de los conductores opta por aplicar la solución que menos le fastidia durante unos minutos hasta que consigue eliminar el vaho e ir repitiendo el proceso cada vez que se necesite.
Si vamos a conducir en invierno este problema se va a producir seguro. Por suerte podemos aplicar medidas para evitarlo y así tener una conducción mucho más tranquila.
Existen en el mercado líquidos o sprays antivaho que se aplican por el interior de las ventanillas y el parabrisas. Su misión es repeler la humedad de manera que el agua en que se ha convertido el vapor resbale rápidamente.
Otro truco que se puede aplicar tiene su origen en el mundo de los rallies por muy ridículo que suene.
Consiste en frotar la mitad de una patata por el interior del vidrio. Luego, con un paño ligeramente húmedo (que no mojado) limpiamos los restos. La razón de que este truco funcione se debe a que el almidón que contiene el tubérculo también repele el agua. Además, si lo aplicamos en el exterior será muy eficaz también contra la lluvia. Para eso nos puede servir la otra mitad de la patata.
Si la patata parece que ha agotado su capacidad para cubrir los cristales, basta con retirar la capa gastada de la misma para que aparezca otra nueva llena de almidón.
Si esto de la patata no te convence o tienes miedo que te vean los vecinos y duden de tu salud mental, puedes probar otro truco casero. Consiste en realizar una mezcla de dos partes de agua y una de vinagre blanco. Luego se aplica por el interior de los cristales empleando un papel de periódico. El efecto es el mismo: repeler y hacer resbalar el agua que se va generando.
A pesar de que parece un problema "menor" no lo es en absoluto. Una pequeña distracción eliminando el vaho de los cristales o una merma en la visibilidad pueden provocar un accidente. Prevenirlo y solventarlo como ves es muy sencillo.
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