Luz solar en toda la casa

Nuestras viviendas necesitan dos cosas básicas del exterior : ventilación y luz. El problema siempre ha sido cómo lograr ambas sin exponer la vivienda a las inclemencias del tiempo.

Una vez el ser humano abandonó las cuevas pasó a vivir en construcciones más o menos permanentes la mayoría de las cuales presentaban muchas deficiencias respecto a la ventilación y el acceso a la luz. Los restos de Çatal Huyuk, en la actual Turquía, una de los primeros poblados del neólitico, muestran viviendas amontonadas, sin calles, donde el acceso se realizaba a través del techo y con estancias que carecían de cualquier abertura que no fuera la necesaria para acceder a la misma.

Mucho más adelante las casas empezaron a contar con pequeñas ventanas por donde se podía realizar una ventilación básica y dejar entrar la luz pero que sin embargo no aislaban del polvo, ni tampoco del frío o el calor. Cuando llovía o hacía mucho viento los huecos de la pared que servían a modo de primitiva ventana se debían cubrir con paños y el interior de la habitación se volvía inhóspito y oscuro.

Fueron los egipcios primero y luego los griegos y romanos los que empezaron a realizar diversas innovaciones para permitir que la luz entrara en las casas pero no así el frío o calor de la calle. Al principio se empleaban finas láminas de diversos minerales traslúcidos - mica, alabastro - que sin bien no permitían vislumbrar el exterior al menos dejaban pasar parte de la luz exterior. En algunos casos incluso se emplearon piezas de cuernos de animales ensambladas entre sí para crear primitivas ventanas.

El uso del vidrio fue posterior y de hecho no se generalizó para todo el público hasta el siglo XIX. Por fin las ventanas se hicieron grandes y se cubrieron de vidrios transparentes de manera que la luz penetraba a raudales, alargando la jornada sin tener que encender velas, luces de gas o siquiera las incipientes bombillas alimentadas por la cara electricidad.

A pesar del gran avance que supuso el empleo del vidrio para cubrir las ventanas muchas viviendas seguían sufriendo una fuerte oscuridad interior. A menudo un problema de espacio, la distribución de las estancias o la orientación de las mismas impedían que la luz natural llegara a todas partes con la misma intensidad. Aún hoy en día uno de las características que más enfatizan las inmobiliarias es que se trata de un "piso todo exterior" o "con mucha luz natural".

Cuando las construcciones empezaron a hacerse más verticales los problemas de luz se trasladaron a los pisos inferiores y a aquellas habitaciones o apartamentos que quedaban al otro lado del recorrido del sol. Se idearon claraboyas, tragaluces y patios interiores pero aún así el problema persiste en muchas construcciones porque, ¿quién no tiene al menos una habitación donde hay que encender obligatoriamente la luz?

Afortunadamente hace tiempo que existen soluciones para este problema de luz. Al principio se crearon para llevar luz natural hacia partes de la casa que no contaban con la misma pero ahora se empiezan a aplicar para dar un toque más diáfano a cualquier estancia. En inglés se denominan "Tubular Skylight" y consisten en algo tan sencillo como un tubo que atraviesa paredes o techos para captar la luz externa y conducirla hacia ese lugar oscuro que queremos eliminar.

Básicamente consisten en un captador - una abertura en techo o pared - que se cubre con una protección para evitar que entre el agua y el viento - conectado a una tubería con el interior muy pulido que conduce la luminosidad captada hacia una especie de plafón que la difunde, generalmente con un filtro UV y un iris eléctrico acoplado que nos permite abrir o cerrar el diámetro para dejar pasar más o menos luz. Todo este proceso lo podéis ver de forma muy clara en el siguiente vídeo.

Supongo que tras ver el vídeo tenéis dudas sobre el sistema, pero la verdad es que no se trata de ninguna extravagancia y los resultados son espectaculares. Difícilmente podemos obtener con siquiera la más sofisticada lámpara de LEDs un resultado similar.

Uno de los problemas de los Tubular Skylights es obvio : cuando no resulta posible ni acceder al techo ni es posible efectuar una instalación como la que muestra el vídeo. Vivimos en unos bajos o un entresuelo y por encima nuestra hay demasiados pisos para que instalar un tubo sea viable.

En estos casos podemos conseguir algo parecido por medio de la fibra óptica. Aunque nos hemos acostumbrado a ella gracias a la constante presión de las teleoperadoras, lo cierto es que la fibra óptica no es más que un conducto por el cual circula la luz con una mínima pérdida. Si modulamos dicha luz con impulsos podemos meter información, que es lo que nos venden Movistar, Jazztel y tantas otras cuando nos intentan colocar un router de fibra. Pero si no hacemos nada de esto, podemos llevar la luz externa hacia el interior igual que el tubo que habíamos visto al principio.

Aunque ya no están tan de moda, hace bastantes años, cuando la fibra empezó a aparecer, se vendían unas lámparas decorativas compuestas de penachos de fibra a los que se había enchufado en un extremo una luz. La luz circulaba por cada fibra y llegaba al extremo como un pequeño punto iluminado.

Pues el principio de los captadores de fibra óptica es el mismo. La luz emisora que en la imagen superior se encuentra en la base sería la luz natural externa conectada en alguna pared, seguramente con una lente ampliadora o incluso con un rotor que la hiciera girar para apuntar hacia la zona con mayor luminosidad. Todo el penacho se recogería en un cable - con un diámetro de pocos milímetros - y como es flexible se puede hacer llegar hacia cualquier lugar del interior. Todo ello sin emplear para nada ni corriente eléctrica ni ninguna fuente de energía que no sea la que aporta la luz.

De nuevo no se trata de ninguna extravagancia y gracias a sistemas basado en fibra óptica se consigue alimentar, con gasto energético igual a cero, desde pabellones deportivos hasta pequeñas viviendas. Aún son caros, porque los captadores ópticos lo son, pero la fibra es muy barata y es posible, que cuando se popularicen, bajen considerablemente. La aplicación de estos sistemas permite alargar el tiempo en que podemos usar luz natural y ello conlleva un considerable ahorro antes de tener la necesidad de accionar un interruptor eléctrico.