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Inhibidores de teléfonos móviles

Los teléfonos móviles se han convertido a menudo en una molestia. Nacieron como un gran adelanto para permitir la comunicación sin la esclavitud que representa el cable pero han destruido la necesidad de todos los individuos de sentirse incomunicados - antes se llamaba "privacidad" -  y la tranquilidad de hospitales, escuelas, teatros, cines y transportes públicos. Las personas pueden irse a lo alto de una montaña o a un valle apartado con nula cobertura - aunque hoy me he enterado que el Everest ya tiene su antena GSM, hay que joderse - pero los sitios públicos son víctimas de la ubicuidad de las ondas y el escaso civismo de los usuarios.
La última esperanza son los llamados "inhibidores". Inhibir significa impedir, molestar, estorbar. Los inhibidores electrónicos que se comercializan son en realidad generadores. Generan portadoras  dentro de las bandas empleadas por los móviles y su única misión es engañar, molestar e impedir la sincronización con las señales que llegan de los repetidores. El funcionamiento es muy simple : generan una señal de la misma frequencia del teléfono movil impidiendo que éste reciba señal del repetidor. Es lo que se llama "DOS" (Denial of Service). Los inhibidores saturan de potencia radioeléctrica el teléfono móvil y ambas señales, la "buena" y la "mala" se anulan mútuamente (puesto que las etapas de radiofrecuencia son incapaces de eliminar la tremenda potencia recibida desde el inhibidor). El inhibidor suele estar preparado para dar "mucha caña" en una determinada área porque los teléfonos están preparados para aumentar su potencia de emisión ante una señal interferente. Cuando el móvil recibe una señal muy fuerte es incapaz de detectar la más débil y automáticamente cesa de comunicarse con el repetidor. El repetidor no recibe la señal y entiende que el móvil ha sido apagado. 
Los inhibidores más sofisticados tienen en cuenta que cuando un móvil moderno tiene dificultades para comunicarse en una determinada banda es capaz de conmutarse de 900 a 1800 MHz y por esta razón ensucian todos los espectros radioeléctricos que posiblemente puedan utilizar los teléfonos. Quede claro que el inhibidor no establece ningún diálogo con el teléfono y por tanto su funcionamiento siempre está orientado a la máxima perturbación.
Los inhibidores se componen en primer lugar de la antena o antenas necesarias para colocar la señal perturbadora en el aire y que según su construcción pueden aumentar el alcance considerablemente. La circuitería electrónica se compone de un oscilador controlado por voltaje (VCO), un sistema de sintonización (tan simple como aplicar una tensión de corriente continua al oscilador a través de un potenciómetro), un generador de ruido que se adiciona a la señal para aumentar su capacidad de bloqueo y un amplificador de radiofrecuencia para elevar la potencia de la señal. Todo esto tiene un coste de apenas unas decenas de euros y algún día os enseñaré a construir un inhibidor con cuatro componentes.
El uso de inhibidores está prohibido en muchos países, entre ellos España. El espacio radioeléctrico usado por los móviles fue "pagado" por las operadoras a través de la subasta que ganaron en su tiempo e inutilizarlo es un delito. Se considera además que impedir recibir o emitir llamadas de emergencia es también un delito. En determinadas condiciones es posible obtener el permiso para instalar inhibidores. Por ejemplo por motivos de seguridad cuando se considera que un artefacto explosivo pudiera ser activado remotamente empleando un móvil o cuando la policía lo considere necesario en la solución de secuestros, por ejemplo. También han sido empleados para evitar que los reclusos de la cárcel mantenga comunicaciones incontroladas con el exterior. No me consta que se haya dado permiso a ningún cine, teatro o sala de conciertos para instalar un inhibidor aunque creo que en Francia si es posible puesto que han desarrollado un sistema que permite el paso de las llamadas al 112 aunque haya inhibidores en los alrededores.

Puesto que los inhibidores no son legales y aunque lo fueran ensucian el espectro gravemente es comprensible que se trabaje en alternativas más aceptables. La más sofisticada consiste en centralitas que toman el control "inteligente" del terminal. Se trata de pequeños repetidores que trabajan sincronizadamente con el operador y que evitan la recepción de llamadas y su emisión. Cuando alguien trata de llamar a un teléfono inhibido automáticamente se le envía a un buzón de voz donde puede dejar su mensaje (ignoro si el individuo al que se llama recibe algún tipo de aviso aunque lo dudo ya que en ese caso se produciría un aviso sonoro que es lo que se trata de evitar). El teléfono inhibido tampoco puede efectuar llamadas excepto al 112. Luego existen detectores de teléfonos móviles. Se utilizan sobretodo en hospitales. Si alguien se encuentra en zonas electromagnéticamente sensibles se dispara una alarma y el personal del hospital se dirige a aquellos presuntos infractores para que apaguen su móvil.
Una práctica más radical pero permitida consiste en aislar el edificio o sala de la radiación. Esto se consigue con paredes gruesas de hormigón, con armazones metálicos o rejillas especialmente diseñadas para atenuar las señales de radio muchos decibelios.
La inhibición se puede hacer en realidad con cualquier señale radioeléctrica. Esto incluye radios CB, señales de televisión COFDM y analógica, radio FM, DAB, Wi-Fi, Bluetooth incluso con las señales recibidas via satélite como luego os explicaré. Todo. Sólo resulta algo más difícil, pero no imposible, bloquear portadoras Spread Spectrum.
Yo mismo fui requerido para diseñar un sistema inhibidor de recepción via satélite. Se trataba de evitar que las parabólicas recibieran una determinada señal. Para ello construí un generador de 12 GHz controlado por voltaje que apuntado desde una azotea hacia el grupo de parabólicas bloqueaba completamente su recepción. Nada sofisticado, apenas costó 100 euros en total.

El coste de los inhibidores es función de su radio de acción y la cantidad de portadoras de diferentes frecuencias que sea capaz de generar, oscilando entre los 200 y los 1800 euros. El precio viene más dado por su aparente complejidad que como hemos visto es ficticia. Os dejo algunos enlaces para que los veáis en "persona". Se suelen vender exclusivamente por Internet y los fabricantes suelen ser asiáticos.

Como un apunte, las alarmas que emplean redes de telefonía móvil para transmitir alertas de intrusión cuentan con sistemas de doble frecuencia y también son capaces de monitorear la pérdida de comunicación entre la central y el repetidor que pudiera ser debida a un inhibidor próximo.


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